- Falta de organización -
Es imprescindible organizar el tiempo, el lugar y el método que vamos a seguir para estudiar. Solemos tener ganas de empezar cuanto antes, no nos importa improvisar y estudiar un día en la habitación y otro en la biblioteca, o leer y subrayar según empiezo por poner ejemplos frecuentes.
- Interrupciones -
Hay muchas formas de “Asalto”, desde el telefónico hasta el que te saca de la mesa de estudio, pero tienes igualmente armas a tu favor, unas tecnológicas como los teléfonos en silencio y otros basadas en entrenar el asertividad. Este es un clásico que podemos aplicar al estudio y al trabajo por igual porque que levante la mano quien esté libre de llamadas, visitas por sorpresa para preguntarnos o pedirnos cualquier cosa, etc.
- Impuntualidad -
Este es de esos ladrones que habita totalmente dentro de ti porque si tienes un horario es para cumplirlo. Una cosa es que ese horario sea flexible y varía en función de circunstancias, pero lo que no puede faltarte es la disciplina para sentarte a la hora señalada.
- Luego lo hago -
Se trata de aplazar aquellas tareas que menos nos gustan. Estamos ocupados, pero no en lo que tenemos que ocuparnos… y eso es una de las peores pérdidas de tiempo.
- Distractores -
Puede ser la televisión, la radio o música que escuches quien sabe si ruidos entran por la ventana, pero lo mas probable es que se trate de una colección de burbujas en la barra de notificaciones. Apaga la televisión, cierra la ventana y pon en modo avión tu celular. ¡Todo seguirá ahí cuando acabes de estudiar!
- Perfeccionismo -
Nos hace lograr lo que nos proponemos pero también hay que saber dejar un esquema un poco menos “bonito” o no culpabilizarse si un día fallamos en algo… tratamos bien y dejamos fluir es fundamental, también para estudiar.
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